A-Ball, Fútbol en silla: un deporte que crea ilusión
A Christopher Triviño un accidente laboral hace siete años, le cambió la vida. Aficionado al fútbol, deporte que practicaba de manera habitual, cambió el balón por una pelota de baloncesto. Luego vino el pádel, con el que ha tenido muchas satisfacciones, entre ellas ser subcampeón de España. Pero cuando le dijeron que podía practicar fútbol de nuevo, que había un deporte que era muy parecido, el A-Ball, Fútbol en silla, no dudó ni un segundo. Tenía que probarlo.
Christopher es una de esas personas que supo superar el mazazo que había sufrido y tal y como él mismo dice, “llevar una vida normal, haciendo las cosas de manera diferente”. Y uno de los factores que le ayudó a hacerlo fue practicar deporte adaptado.
Cuando se le pregunta a Christopher sobre el papel que tiene el deporte en su vida, responde un rotundo “todo”. El deporte es lo que le ha permitido conocer a personas en su misma situación, compartir sus preocupaciones y dificultades. Le aporta agilidad, forma física y fortaleza. Pero sus beneficios van más allá y es que psicológicamente le ayuda a sentirse bien, a ser feliz.
Por eso, cuando le hablaron del A-Ball, Fútbol en silla, él, que había sido aficionado, que había jugado desde niño y para quien el fútbol, como para mucha gente, era más que un deporte, no podía creerlo. Y de hecho hasta que no lo vio, hasta que no sentó en una de las sillas y empezó a jugar, no se dio cuenta de que realmente era verdad. Podía jugar de nuevo al fútbol, podía lanzar el balón, rematar de cabeza, chutar a portería. Cosas que pensó que nunca más podría volver a hacer.
Christopher forma parte del equipo de A-Ball, Fútbol en silla de Valencia. Entrena una vez a la semana, se dividen en grupos y practican el toque del balón, jugadas y hacen partidillos entre ellos. Para él es divertido y emocionante y le da la oportunidad de jugar en equipo, algo que valora muchísimo. Porque jugando en equipo se fomentan valores como el compañerismo, entenderte con el resto de jugadores, ayudarlos para que todo el equipo gane. Te hace crecer como persona.
Además el A-Ball, Fútbol en silla, al igual que el pádel, es uno de los pocos deportes adaptados que favorecen la integración, porque todo el mundo puede jugar. Y jugar con los amigos, no tiene precio. Por eso Christopher está convencido de que el futuro del A-Ball, Fútbol en silla, ya ha empezado. Su ilusión, poder llegar a vivir un mundial con la selección española. Su esperanza, que los chavales que tienen dificultades de movilidad por la causa que sea, puedan jugar al fútbol en el patio del colegio con sus amigos.