A-ball, Fútbol en silla: la emoción de crear un deporte nuevo
César Iribarren es el director del Máster en Gestión de Empresas Deportivas de la Universidad Politécnica de Valencia. Es formador, investigador y durante muchos años, jugador y entrenador de fútbol sala. Por eso cuando Fernando Giner le comentó su idea de hacer fútbol adaptado, inmediatamente supo que tenía que formar parte del proyecto. El hecho insólito de crear un deporte nuevo suponía no sólo un desafío, sino también una experiencia emocionante y única.
César es el entrenador del equipo de A-ball, Fútbol en silla. Una vez a la semana los 16 jugadores, 14 chicos y 2 chicas, se reúnen para hacer algo que hasta hace muy poquito pensaban que nunca más podrían volver a hacer: jugar al fútbol. Él se encarga de enseñarles a manejar la silla y el dispositivo Éoos, diseñado por Ortoprono, con el que manejan el balón; de ayudarles a crecer en habilidad y rapidez; de instruirles en cómo entender el juego. Y más importante aún: mantiene al equipo unido, motivado, con ganas de seguir aprendiendo y dispuestos a afrontar los desafíos que quedan por venir, que son muchos.
«El A-ball, Fútbol en silla, se caracteriza por ser, dentro del deporte adaptado, lo más parecido posible a su deporte original».
¿Por qué crees que el A-ball, Fútbol en silla, es un deporte especial?
Porque es lo más parecido al deporte original. Y en nuestra cultura, el fútbol es mucho más que un deporte. Es una emoción, una forma de vida. Ningún deporte consigue que un país se paralice, excepto el fútbol. El fútbol es el deporte rey. Y el fútbol adaptado se caracteriza por despertar esa misma emoción, esa ilusión incomparable de cuando tu equipo marca un gol.
¿Qué lo diferencia de otros deportes adaptados?
El A-ball, Fútbol en silla, cubre un hueco, un vacío que había en el deporte adaptado. Cuando empezamos el proyecto teníamos claro que para conseguir que saliera adelante, la disciplina tenía que ser lo más parecida posible al fútbol. Técnicamente esto era extremadamente complejo, de hecho tardamos más de dos años en finalmente terminar el prototipo que permitía el manejo del balón. Pero era indispensable para que los aficionados sintiesen esa misma pasión que despierta el deporte original. Y eso es lo que hace de este deporte algo único.
¿Por qué es importante para los jugadores formar parte de un equipo?
El deporte de equipo fomenta valores que en el deporte individual no se encuentran. Por ejemplo la solidaridad. Tienes una doble responsabilidad, eres responsable de tu juego, pero también de cumplir tu papel con el equipo. Sabes que cuentan contigo, que eres importante. No todos estamos hechos para marcar gol. Pero el gol no se marca si no hay un ataque, si no hay ayuda, si no se juega entre compañeros. Y eso proporciona una motivación que trasciende el propio juego.
¿Cómo es un entrenamiento?
Ahora mismo entrenamos una vez a la semana, a partir de septiembre serán dos. Y lo primero que hacemos son una serie de ejercicios para coger sensaciones, recuperar el toque de balón. Luego, mediante juegos, simulamos situaciones de partido para que se mecanicen movimientos que luego en un partido se van a encontrar. Además, el A-ball, Fútbol en silla, está en fase de desarrollo y los entrenamientos nos permiten experimentar con las sillas con el dispositivo, depurar los procesos y la normativa.
«Para ser entrenador de A-ball, Fútbol en silla, es importante entender la realidad del deporte adaptado».
¿Habrá una escuela de entrenadores de A-ball, Fútbol en silla en un futuro?
Estamos trabajando con la Real Federación Española de Fútbol para establecer un plan de estudios para formar entrenadores. Es importante para un entrenador de A-ball, Fútbol en silla, entender el mundo de la discapacidad y del deporte adaptado y también el hecho de que por espacio y arquitectura de juego, es muy similar al fútbol sala infantil. También estamos trabajando con el Comité Nacional de Árbitros para formar colegiados que arbitren los partidos.
¿Qué le decimos a un chaval que ha visto una exhibición de A-ball y quiere jugar?
Que venga ya. Que hay hueco para todos, que ahora mismo lo importante es formar parte de este proyecto. Todos estamos aprendiendo y evolucionando. Va a dedicar horas y probablemente el comienzo será difícil. Pero se lo va a pasar muy bien y le vamos a ayudar a alcanzar las metas que se proponga.
En el día a día no te das cuenta de la innovación que ha supuesto el fútbol adaptado y del potencial que tiene. Pero cuando asistimos a congresos y lo explicamos, la reacción de la gente es espectacular, cómo se interesan, cómo te preguntan. Ahí ves que lo que estás haciendo realmente es importante y que puede ayudar a mucha gente con discapacidad que no practica ningún deporte, a decidirse, a disfrutar de esta nueva disciplina y a superarse.
Desde AFAE, trabajamos codo con codo con todas las personas que colaboran para que el A-ball, Fútbol en silla, sea una realidad. Que cualquier aficionado al fútbol que por la causa que sea tenga problemas de movilidad, disfrute de la oportunidad de volver a jugar su deporte favorito.